28 de julio de 2008

Apología del cuento clásico 2

Es una gran estafa, si todos lo intuimos ¿Por qué nadie se atreve a denunciarlo?
Si echamos un ojo a los cuentos de hoy en día, a nuestros cuentos contemporáneos, no nos los creemos. Los niños ven automáticamente que son para mentes simples y estos más sinceros que los adultos no se lo creen.
¿Y quien se lo cree?, el niño lee o escucha cosas superficiales, quieren engañarles dándoles una visión unilateral y negándoles a aprender de la experiencia necesaria que les ayude a enfrentarse a la vida.
El niño vive en el presente, mucho más que el adulto, porque este todavía no tiene más que una vaga noción de lo que será el futuro.
Imaginaos que cruel dicotomía. Le enseñan en los cuentos que nadie muere, que el bien siempre gana. En los cuentos modernos la cenicienta destierra a sus crueles hermanas, no hay mas castigo para años de humillación y represión, a Caperucita le salva un leñador, alguien siempre salva al héroe cuando esta en problemas. La sirenita enamora al príncipe. ¿Cómo no iba a hacerlo? Todos sabemos que el amor cuando es amor puede hasta cambiar los sentimientos de otro… suenan a mentiras.
Por un lado los niños ven eso y por otro las noticias donde muere gente, donde padres abandonan a sus hijos, donde maridos matan a sus esposas y así querer aprender sobre el mundo se convierte en una broma vacía, llena de mentiras. Querer aprender a leer para un niño se convierte en una trampa para ingenuos al hacerlo con libros faltos de valores, llenos de engaños.
Imposible de aprender a ser realmente conscientes de nuestra existencia y de nuestro entorno.
Mucha gente ha perdido el deseo de vivir porque ha perdido el sentido de sus vidas.
La comprensión de este sentido no se adquiere a una edad determinada como quieren hacernos creer. En cada etapa de la vida buscamos y hemos de ser capaces de encontrar un significado congruente a ella.
Al negarle al niño el acceso a un sentido mas profundo en su literatura, negamos la comprensión de su existencia, queremos que no vea y que no sepa y queremos también que no se desengañe después cuando conozca la realidad. Queremos negarle la verdad y la verdad nos hace libres.

Artículo publicado en Gato Negro 2 “Cuentos de hadas”

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