Conflicto y motivación
Para mostrar al lector pendiente de los sucesos que les toca vivir a los personajes estos tendrán que enfrentarse a problemas y conflictos.
Una formula eficaz es ver a estos personajes enfrentados. Si estos personajes no están metidos en algún tipo de conflicto, será como de cartón piedra, unidimensionales, carecerán del relieve necesario para ofrecer interés.
Para ello los conflictos deben provenir de distintos factores:
- El mundo interno del personaje, su propia conciencia.
- El enfrentamiento con otros personajes
- La sociedad
- El conflicto con su entorno
En la ficción, el conflicto verbal es evidentemente el modo más fácil y efectivo de mostrar la tensión entre los participantes del relato, especialmente cuando se trata de algún tipo de enfrentamiento. No hay nada como una discusión agresiva para dotar de vida a los personajes.
Nunca te reprimas al desarrollar una discusión importante en un relato. Escribe con la máxima potencia, empleando el mayor numero de palabras posibles emotivas a tu alcance.
Pero debes recordar que dicha discusión debe ser relevante para el conjunto del relato, no debe estar incluida porque si.
Una técnica para intensificar la tensión son frases cortas y dialogo en “staccato”.
Los conflictos entre personajes deben surgir de la naturaleza misma de los personajes y de las situaciones en las que los haces participar.
Dichos componentes deben presentar marcadas diferencias que habrás señalado previamente en su ficha. De nada sirve tener dos personajes de temperamento tan similar que nunca lleguen a discutir.
Decidas lo que decidas como autor acerca de tus personajes, apréndete esto de memoria: Sin conflicto no hay relato.
La motivación debería ser una prioridad al crear tus personajes. Eso se resuelve preguntando ¿Por qué….? Un personaje hace lo que hace.
El autor de ficción nunca debe perder la curiosidad infantil hacia la gente, sobre lo que les rodea, lo que les gusta y el porque hacen lo que hacen.
Las razones por los que tus personajes actúan como lo hacen deben estar claras en tu mente, porque ninguna acción de los personajes debería quedar sin explicación.
El lector puede exasperarse y abandonar el libro si se encuentra con que los personajes hacen cosas ajenas al contexto que actuaban hasta ese momento.
Manipular a los personajes para que se comporten como deseas, no significa que les hagas participar en escenas de las que nunca participarían o hacerles pronunciar palabras que no dirían.
Si has sido capaz de llegar a conocer a cada personaje en profundidad antes de empezar a escribir y has crecido mentalmente con ellos mientras escribías, rechazaras las falsas acciones o los falsos parlamentos como un hecho matemático y normal.
Es en el relato, como mundo completo desde la motivación, donde los personajes desempeñan un papel esencial
El argumento no existiría si tus personajes no tienen una motivación vital para sus acciones, si no calculas que cada fase de comportamiento debe llevarles más lejos. De este sistema complejo depende el desarrollo de cada argumento.
Las acciones principales del personaje dependen de una motivación (justificación o causa).
Esta serie de motivaciones debe ser tan coherente como para establecer naturalmente una cadena. La cadena debe constituirse entre las motivaciones, es la base que sostenga el desarrollo del argumento.
No es necesario que el personaje conozca claramente sus motivaciones quien debe conocerlas eres tu como autor.
Una formula eficaz es ver a estos personajes enfrentados. Si estos personajes no están metidos en algún tipo de conflicto, será como de cartón piedra, unidimensionales, carecerán del relieve necesario para ofrecer interés.
Para ello los conflictos deben provenir de distintos factores:
- El mundo interno del personaje, su propia conciencia.
- El enfrentamiento con otros personajes
- La sociedad
- El conflicto con su entorno
En la ficción, el conflicto verbal es evidentemente el modo más fácil y efectivo de mostrar la tensión entre los participantes del relato, especialmente cuando se trata de algún tipo de enfrentamiento. No hay nada como una discusión agresiva para dotar de vida a los personajes.
Nunca te reprimas al desarrollar una discusión importante en un relato. Escribe con la máxima potencia, empleando el mayor numero de palabras posibles emotivas a tu alcance.
Pero debes recordar que dicha discusión debe ser relevante para el conjunto del relato, no debe estar incluida porque si.
Una técnica para intensificar la tensión son frases cortas y dialogo en “staccato”.
Los conflictos entre personajes deben surgir de la naturaleza misma de los personajes y de las situaciones en las que los haces participar.
Dichos componentes deben presentar marcadas diferencias que habrás señalado previamente en su ficha. De nada sirve tener dos personajes de temperamento tan similar que nunca lleguen a discutir.
Decidas lo que decidas como autor acerca de tus personajes, apréndete esto de memoria: Sin conflicto no hay relato.
La motivación debería ser una prioridad al crear tus personajes. Eso se resuelve preguntando ¿Por qué….? Un personaje hace lo que hace.
El autor de ficción nunca debe perder la curiosidad infantil hacia la gente, sobre lo que les rodea, lo que les gusta y el porque hacen lo que hacen.
Las razones por los que tus personajes actúan como lo hacen deben estar claras en tu mente, porque ninguna acción de los personajes debería quedar sin explicación.
El lector puede exasperarse y abandonar el libro si se encuentra con que los personajes hacen cosas ajenas al contexto que actuaban hasta ese momento.
Manipular a los personajes para que se comporten como deseas, no significa que les hagas participar en escenas de las que nunca participarían o hacerles pronunciar palabras que no dirían.
Si has sido capaz de llegar a conocer a cada personaje en profundidad antes de empezar a escribir y has crecido mentalmente con ellos mientras escribías, rechazaras las falsas acciones o los falsos parlamentos como un hecho matemático y normal.
Es en el relato, como mundo completo desde la motivación, donde los personajes desempeñan un papel esencial
El argumento no existiría si tus personajes no tienen una motivación vital para sus acciones, si no calculas que cada fase de comportamiento debe llevarles más lejos. De este sistema complejo depende el desarrollo de cada argumento.
Las acciones principales del personaje dependen de una motivación (justificación o causa).
Esta serie de motivaciones debe ser tan coherente como para establecer naturalmente una cadena. La cadena debe constituirse entre las motivaciones, es la base que sostenga el desarrollo del argumento.
No es necesario que el personaje conozca claramente sus motivaciones quien debe conocerlas eres tu como autor.
Etiquetas: El personaje, Manual
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